Search Engine Submission - AddMe Viajera atemporal: Stradilarios

jueves, 24 de junio de 2010

Stradilarios

Joshua Bell

El sr. Malikian llega a la calle Larios un sábado por la tarde, busca el lugar más concurrido y otea el horizonte; el aire huele a biznagas y para asegurarse un buen índice de audiencia se sitúa cerca del mimo vestido de gnomo que siempre tiene a su alrededor un corrillo expectante. “Éste será un buen sitio”. Abre la funda del violín con extremo cuidado, acaricia su superficie y vuelve a mirar alrededor. “Ha llegado la hora de dar el concierto”. Coloca el violín en la curva de su cuello, con delicadeza, sin prisas. Mira otra vez a su lado, el mimo hace aspavientos cuando un niño lanza una moneda en su cubo y todos ríen. Malikian Suspira y comienza a tocar. Las primeras notas, como calentamiento, se empiezan a desprender una a una. Nadie mira: es lógico. El siguiente movimiento es perfecto, las notas son desgarradoras y el fraseo es increíble. La gente pasa a su alrededor sin prestarle mucha atención. Se siente tenso, inseguro; es la primera vez que toca en la calle para conseguir unas monedas y hasta nota algo parecido a la vergüenza. Pero él no es ni un músico callejero, ni un principiante. Ara Malikian es el primer violín de la orquesta filarmónica, el mejor y el más “famoso”, y lo que sujeta entre sus manos es un Stradivarius Gibson Ex Huberman de valor incalculable. Y la gente pasa y sigue pasando a su alrededor. La funda del violín vacía, ni una sola moneda.


El señor Malikian suspira hondamente. Desliza el sobre blanco sobre la mesa del café Madrid. Sentado frente a él, un hombre joven con vaqueros y una gorra recoge el sobre y sonríe satisfecho: “Te lo dije, no hay nada que hacer”
Malikian se encoje de hombros y devuelve el maletín que contiene el Stradivarius a su legítimo dueño, Joshua Bell, el hombre de la gorra: “Malikian, siento que hayas perdido la tarde...y la apuesta”.

En el fondo, aunque no muy hondo, Ara Malikian tenía la esperanza de poder captar la atención de los viandantes con su arte... pero el hombre moderno no está preparado para encontrar la belleza.


Ara Malikian


Basado en los siguientes hechos reales:
Experimento llevado a cabo en EEUU por Joshua Bell, encargo del Washintong Post, cuyo objetivo era demostrar que el hombre moderno no es consciente de la belleza que le rodea.

Mismo experimento, en el metro de Madrid, encargado a Ara Malikian por el diario 20 minutos. Mismo resultado

Ver ambos experimentos

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