Search Engine Submission - AddMe Viajera atemporal: Isfahan V

viernes, 3 de septiembre de 2010

Isfahan V

15/08/2010

"Apalancados" en Isfahán
Durante una de nuestras incursiones al Bazaar, hemos coincidido con una pareja de madrileños que resultan ser la sal de Isfahán, así que nos los anexionamos para nuestra estancia en la mitad del mundo... o ellos nos eligieron a nosotras para acompañarles en sus incursiones. Nos echamos unas risas todo el día, buscándoles parecido a la gente con la que tropezamos por la calle. Todos nos parecen españoles. Es increíble como se asemeja la fisonomía iraní a la andaluza, y viceversa. Pelo negro, tez morena, mismos rasgos, mismo carácter.

Ese día, teníamos pensado ir a las dunas de Garmeh (calor), pero con el mapa delante nos damos cuenta de que está a una distancia considerable de Isfahán y no encontramos medio de transporte. Nos habíamos levantado a las 7 de la mañana para salir y evitar las horas de calor sofocante, pero aún así es demasiada distancia y decidimos pasar el día en la ciudad, buscando el medio de transporte y prepararlo todo mejor para el día siguiente, lo que supondría pasar otro día en Isfahán (esto último es una buena noticia porque nos hemos “acostumbrado” a la vida en la miad del mundo... la buena vida, buena comida, buena compañía, buen ambiente).


Qué difícil es encontrar la salida cuando todo va bien


Morteza, de la tienda de alfombras Flying Carpets, se ofrece amablemente a regatearnos el precio de un taxi para visitar Garmeh, pero después de un buen rato a pie de calle parando todo medio de transporte posible, no obtenemos el resultado requerido. Ninguno de los taxis cumplían las medidas mínimas de seguridad exigidas para este tipo de viaje de larga distancia; la mayoría no tenían cinturón de seguridad, y ninguno contaba con algo esencial para visitar el desierto: el aire acondicionado.




Lo damos por zanjado al cabo de una hora de tira y afloja y nos volvemos a la plaza completamente desanimados. Por el camino, descubrimos una tienda cercana a la entrada de la plaza, Nomad, y decidimos hacer un alto para intentar obtener información sobre el tema de Garmeh. Nos da la bienvenida Hussein, quien, para nuestra sorpresa, habla un castellano impecable y hace alarde de un humor que inmediatamente nos recuerda a la gente de nuestro país. Después de contarle nuestras penas, Hussein se apiadó de nosotros y nos invitó a tomar el té más delicioso que hemos probado en todo Irán, mientras nos hablaba de la gran Ana María Briongos y del libro “La cueva de Alí Babá”, escrito allí mismo.

Nomad Carpets Shop
No.51-Saadi St
Naghshe Jahan SQ
Esfahan, Iran



[Por favor, si alguien tiene idea de como conseguir una copia del libro mencionado, póngase en contacto con esta torpe servidora que no quiso comprar el libro in situ para no cargar con él en la pesada mochila por todo Irán, pensando que podría conseguirlo en España a la vuelta, pero resulta que está agotado y se ha quedado sin saber de él]




Hussein nos da información sobre otro sitio más asequible que Garmeh, las dunas de Barzaneh, a un par de horas de Isfahán y que han resultado ser un gran descubrimiento.
Además de darnos información sobre sitios a visitar, nos deja usar su conexión en internet y el teléfono si lo necesitamos. En los días que estuvimos en Isfahán, Nomad se convirtió en nuestro segundo hogar. Gracias desde aquí por la hospitalidad iraní que tanto echábamos en falta.

Dato económico:
En la tienda cercana, leche 1L: 10.000 RR
Caja de Ahmad té en bolsas: 10.000 RR

Enviar una carta a España:
15.000 RR. En teoría tarda 15 días en llegar, pero a fecha de hoy no la han recibido en su destino.



16/08/2010
Excursión a Barzaneh. El chador blanco.


El desierto cercano a Barzaneh es un buen lugar para pasar la tarde




Hemos convencido a Rasoul para que alquile un coche y nos lleve a las dunas. Salimos temprano de Isfahán y llegamos a Barzaneh sin problemas, aunque la carretera de llegada al pueblo está mal señalizada y tenemos que dar algunos rodeos y preguntar a la gente que pasa por ahí.
Barzaneh es un pueblo de arena, a las puertas del desierto. Un pueblo árido por el que apenas pasa la vida. Un pueblo de gentes religiosas, mártires y mujeres de chador blanco.



El chador blanco:
En la época en la que los árabes invadieron los alrededores de Barzaneh, la gente del pueblo, viendo que el ataque era inminente, se recluyó en la mezquita del viernes preparando el contrataque y pusieron a buen recaudo a sus mujeres, porque si los árabes las encontraban, las violarían a todas. Al final, resistieron el embate, pudiendo salvar a las mujeres, y desde entonces, visten con chador blanco, símbolo de virginidad, que recuerda que salvaron su honor.
***



Visitamos la mezquita del viernes y el último telar del pueblo, donde la señora Kubra teje sin descanso sus preciosos manteles de algodón y se queja de que tras ella, nadie sabrá preparar un telar en el pueblo, porque su hija no le sucederá, ya que breve se irá a la ciudad en busca de un futuro mejor y el legado de la señora Kubra, que se ha transmitido durante generaciones, se perderá para siempre.





La señora Kubra en su telar


Para escapar de las horas de calor extremo nos vamos al parque del pueblo y Rasoul, nuestro guía infatigable, nos prepara un mantel para el picnic. Comemos tomates frescos y uvas, y Rasoul hace una visita a una casa cercana para pedir té a una aldeana que sale a saludarnos.


Después del picnic vamos a las dunas y disfrutamos del desierto y de la puesta de sol. Paseamos descalzos por las dunas y volvemos a beber té y a comer uvas tumbados en la arena. La mejor tarde que hemos pasado en Isfahán.



Un picnic en las dunas



Dato curioso:
En las dunas de Barzaneh hay cobertura para móviles, a pesar de estar alejado de todo signo de civilización y en mitad de la nada.

Dato económico:
Contratar un coche de alquiler con guía para todo el día en Barzaneh: 27 dólares c/u.

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