Search Engine Submission - AddMe Viajera atemporal: Kashan

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Kashan

Desayuno en el hotel: pan con queso y mermelada de zanahoria, dos tazas de té para despertar.


09/08/2010

Visita al Bazaar de Kashan. Los mismos zapatos con olor a petróleo y la misma ropa de poliéster que en los bazares anteriores, pero esta vez hay algo completamente diferente... las alfombras empiezan a aparecer, la lana para los telares se amontona en grandes fardos a ambos lados del callejón, y la casa donde se muelen las especias nos invita a pasar al interior y contemplar el extraño ritual del molino girando sin parar. Por fin algo tradicional y de marcado sabor iraní.



El conjunto que comprende el gran Bazaar es impresionante, un antiguo caravasar de adobe y ladrillo que conserva todo el encanto que debió tener en los tiempos de las caravanas de camellos. Las puertas abiertas a los patios interiores están labradas en madera y dan la bienvenida al viajero, invitándoles a perderse en el interior. En cada patio hay una alberca de ladrillo con agua verdosa y alguna parra para dar sombra. Algunos de los patios interiores están cubiertos y otro ha sido convertidos en Chay Khane.




En una de las puertas que dan a los patios nos espera la sorpresa: un afgano nos invita a visitar los tejados del bazaar para contemplar las vistas de la ciudad adormecida por el calor. Subimos por un pasillo y en el segundo piso nos enseña el artilugio de madera donde cuelgan la lana a secar, antes de acceder al tejado transitable del bazaar. En el exterior, el sol es cegador; se nos ha hecho un poco tarde esta mañana debido al cansancio acumulado y hemos dormido mucho, así que la luz no es buena para hacer fotos, pero la vista merece la pena. El horizonte está plagado de cúpulas de adobe de extrañas formas y dimensiones caprichosas, jalonadas cada cierta distancia por las eternas mezquitas. El paisaje te recordará al Matmata tunecino donde rodaron la Guerra de las galaxias.

Al salir del bazaar buscamos las casas reformadas que pertenecían a los mercaderes más ricos del país. Dicen que es visita ineludible, pero para nosotras fue imposible, el Ramadán y el horario de verano nos impidió encontrarlas abiertas, así que fuimos en busca de algo de alimento para el cuerpo.
Chelo Kebab y Delester bien fría: 30.000 RR



Después visitamos el Hammán cercano
Entrada: 5.000 RR

Alí, el encargado, nos invita a tomar un té en la sala central, sobre las alfombras, y pasamos una hora dentro, escapando de la alta temperatura exterior.






Abyaneh
Taxi contratado en el hotel Sayyah: 150.000 RR
Hotel Abyaneh: 900.000 RR por dos noches en habitación doble.
Buen hotel, nuevo y cómodo, además de silencioso.
Pero OJO:
El trato por parte de los encargados no fue bueno y, es más, a la hora de marcharnos, el recepcionista se olvidó de devolvernos nuestros pasaportes! → ver más adelante.


Abyaneh es un pueblo de adobe en la montaña donde el clima es mucho más fresco (unos 10ºC menos que en Kashan) e incluso refresca durante la noche en pleno Agosto. Es un pueblo que se supone turístico, pero a decir verdad, no vimos mucho turista extranjero suelto por allí, exceptuando el turismo iraní, la gente de la ciudad que viene a desestresarse al campo y hacer pic-nic junto al río (sobre todo vimos Isfahaníes y gente de Qom) sólo nos cruzamos con un grupo de italianos que venían con un guía, haciendo el mismo recorrido que nosotras, y que más tarde nos volveríamos a encontrar en Isfahan, Yazd y Shiraz.



Abyaneh me recuerda a Marruecos, los pueblos de la ruta de las Kasbah, la arquitectura es semejante y el paisaje igual, pero más montañoso aquí.

A las afueras del pueblo están construyendo otro hotel que pronto será la competencia del Abyaneh hotel.
En la montaña hay una fortificación desde la que se pueden tomar buenas fotos. Merece la pena llegar hasta allí, atravesando el río y subiendo la falda de la montaña, aunque debido a la altitud del pueblo nos costó un poco de esfuerzo.

A la vuelta, paramos en una tienda regentada por un señor entrañable que nos cuenta su vida en farsi y tomamos contacto con el Sandwich nacional [léase Sandevich], de carne, tomate y pepinillo en vinagre, muy rico.

Helado de azafrán y agua de rosas: 5.000 RR
Delester: 3.000 RR



Y me hicieron prisionera...

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