Search Engine Submission - AddMe Viajera atemporal: Yazd

viernes, 3 de septiembre de 2010

Yazd

A las puertas del desierto

Compramos el ticket para ir a Yazd en la estación de autobuses Jey.

Ticket Isfahán - Yazd: 6000RR. Autobús Volvo primera clase, con asientos reclinables y realmente cómodo.

Salida de las estación: en teoría el autobús sale a las 16:30h, pero hay que esperar a que se llene y nos dan las 17:15h.

Llegada a Yazd: 21:15h

Autobús Volvo First Class con asientos reclinables. Lo estabamos estrenando
Regateamos el taxi de rigor hasta el Silk Road Hotel, 40.000 RR el desplazamiento desde la estación de autobús hasta la mismísima puerta del hotel, en un callejón.

Cena en el Silk Road:

Algo llamado Kuku sib sa mini (hamburguesa vegetariana): 45.000 RR
Agua de rosas, un vaso enorme: 20.000 RR

Imagen típica de Yadz con torres del viento y agua a las puertas del desierto

El ambiente en el Silk Road es completamente mochilero, cada uno a lo suyo y todos conectados a internet en sus portátiles sin intercambiar muchas palabras. Hay viajeros de todas las partes del mundo, unos vienen a hacer trekking, otros en bici desde Londres (como decimos por aquí: hay gente pa´tó). En un tablón de anuncios que hay en el patio puedes encontrar información sobre los tours y visitas que se realizan esos días.

Nosotras pensamos hacer el típico Jaranak, Chak-Chak, Meybond.

La habitación es muy acogedora, pero desafortunadamente, ¡las camas son duras como la piedra!

Al día siguiente compramos el ticket para Bandar e Abbás donde tenemos pensado desplazarnos al mercado de Minab para ver a las mujeres con máscara, la burka, de las que tanto hemos oido hablar y de las que nada hemos podido ver. Bandar es un lugar pequeño al pie del Golfo Pérsico, donde en el mes de Agosto se alcanzan temperaturas extremas unidas a un alto grado de humedad y que no son nada recomendables para la salud (Aviso de Sanidad Exterior: en la zona hay riesgo de malaria).


Excursión a Minab
Autobús Yazd - Bandar e Abbás: 90.000 RR. Pedimos Volvo first class y nos dieron sucedáneo.
Son 12 horas de viaje en un autobús de "primera clase", descripción: asientos no reclinables, el aire acondicionado saliéndose a raudales por las rendijas rotas que hay sobre los asientos, no dan nada de comer y solo hace una parada y, además, en el suelo hay 2 enormes alfombras persas enrolladas que hacen difícil mantener el equilibrio si se opta por ponerse de pie en algún momento. En los asientos de atrás duermen los copilotos a pierna suelta, dando grandes ronquidos y jugueteando con los politonos de sus móviles todo el camino... así que la noche fue larga. y más aún sabiendo que Irán ostenta el triste record de siniestros por accidentes en carretera del mundo.


Pero esto no fue óbice para que nuestro querido conductor se pasara buena parte del trayecto conduciendo con una mano y realizando actividades lúdicas con la otra, tales como comer magdalenas, hablar por el móvil durante horas y beber una taza de té tras otra.
Sí señor, el iranian way llevado a su lado extremo y más salvaje.
En el asiento de al lado está Reza, nuestro amigo en Bandar. Lo acabamos de conocer hace 15 min. y ya le contagiamos de nuestro miedo a la manera de conducir iraní y, después de insistirle mucho, se presta voluntario para llamar la atención del conductor sobre su forma de conducir, a lo que el conductor contesta sin pestañear: "¡yo puedo conducir con una mano!, ¿qué se cree ud.?" y sigue haciendo eses de un lado a otro de la carretera y pisando la banda sonora a cada movimiento del autobús.


Es noche cerrada y no podemos dormir, en su lugar, me dedico a contar las veces que suena la banda sonora y a pensar en cuantas veces he estado a punto de sufrir un infarto en las últimas horas... 25 en la primera media hora... no está mal. Cuando llevo 150 infartos por sonido de banda sonora y bandazo del autobús me despierto. No me lo puedo creer, mirando el reloj me doy cuenta de que me he quedado dormida a pesar de todo y ya son las 5 de la mañana.

Amanece. El paisaje, antes montañoso, empieza a convertirse en un oasis y a ambos lados comienzan a aparecer las primeras señales de vegetación como manchas verdosas. La arena sale a nuestro encuentro y la hierba de camello alfombra el suelo, cambiando radicalmente el paisaje.




El paisaje alrededor de Bandar e Abbás

Sale el sol por detrás de las últimas montañas y ya hemos llegado a Bandar e Abbás.

Al hamdu lillah!

A las 7 de la mañana el calor nos apedrea. En el exterior del autobús comenzamos a sudar y a sentir el altísimo grado de humedad que hace que tengamos las manos pegajosas y los ojos empañados. Es una sensación verdaderamente incómoda.



Nos apresuramos a buscar el taxi y damos con el taxista adecuado que nos hace un precio razonable para ir a Minab, estar allí dos horas (en teoría) y volver a la estación de tren para volvernos a Yazd.


Taxi Bandar e Abbás - Minab con dos horas de espera en el mercado: 240.000RR

Taxi es una palabra no aplicable al medio de transporte que nos está llevando por la carretera que bordea el desierto...es el ejemplar más destartalado que nos hemos encontrado en todo el viaje; los cristales están tan sucios que es imposible ver el exterior, los asientos llenos de grasa o algo peor y como no, no tiene cinturones de seguridad en los asientos traseros (no sé por que me extraño a estas alturas de la película).

El taxista nos regala los oidos con una música mahallí (tradicional) de los años 60, una pasada.


A través de los huecos que el cristal delantero tiene limpio podemos ver el viaducto que circula paralelo a la carretera, las señales de peligro: camellos! y los pequeños oasis con sus respectivos camellos cargados de leña. Un paisaje más árabe que irání, que hacen pensar en Omán o en el Yemen antes que en el país donde estamos.


Llegamos al mercado de Minab al fin. En el exterior el aire es tan caliente que se hace irrespirable. No dejamos de sudar y en seguida, la ropa se nos pega al cuerpo, mojada como si hubiera sido recien lavada con nostras en su interior.

Pero merece la pena una y mil veces.
El mercado está situado al borde del río, ocupando un enorme solar bordeado por una muralla de ladrillo. en su interior, la mercancía está ordenada: a un lado el ganado, a otro la ropa, a otro la verdura y al final del pasillo están las artesanías de la región. Sólo por ver el ambiente del mercado merece la pena haber pasado la noche en un autobús a punto de salirse de la carretera a cada metro circulado.


Las mujeres visten con colores muy llamativos, y llevan la burka, la máscara que las protege del sol y de las condiciones extremas de este lugar infernal.


Las máscaras resaltan sobre todo lo demás y les hace parecer un animal mitológico. Las mujeres venden sus mercancías con esa extraña indumentaria y el ambiente es más africano que iraní. En seguida tendrás la sensación de haberte perdido un poco y no saber situar el lugar sobre el mapa... ¿estamos en Irán, en el Golfo Pérsico o en un país árabe? aunque perfectamente podemos estar en la India con todo su colorido...




Mujer con la burka, la máscara tradicional de Minab

La luz es horrible para sacar fotos, a pesar de que son las 8 de la mañana el sol nos castiga con todo su poder y el sudor nos llega a todo el cuerpo, hasta entrarnos a los ojos.
Se pueden comprar las artesanías de las mujeres, cestas, ropa típica, paypays hechos de hoja de plamera, hojas de tabaco, nuez de betel, sandías enormes y, como no, las máscaras!



Escena del mercado de Minab

Hoteles en Yazd:

Silk Road hotel

Address: No 5 - Taleh Khakestary Alley - Jame Mosque Street - Yazd - Iran tel +98 351 6252730

Yazd traditional hotel
Rashtrian house, Amirchakhmaq Sq., Yazd. Tel: +98(351)622 85 00 - 9


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